Los cambios de estación y nuestra piel ¿cómo nos afecta?
¿No te ha pasado que durante el invierno sientes la piel seca y necesitas muchísima hidratación y cuando llega la primavera y el sol esa crema que te ha funcionado estupendamente todo el invierno ahora te deja la piel grasa y hace que te empiecen a salir granos? ¡Te presentamos los cambios estacionales de tu piel!
Creías que tenías tu rutina bien definida, pero el tiempo cambia, hace más calor y tu piel se vuelve más grasa, brillante y con tendencia al acné. Si ya tienes problemas de piel, como la rosácea o el acné, el calor tampoco te ayudará mucho. Pero hay cosas que puedes hacer para combatir los efectos del cambio de estación.
En primer lugar, es importante entender el por qué:
¿Por qué cambia tu piel con el clima?
La primavera, el verano, el otoño y el invierno vienen acompañados de diferentes características climáticas. Cada una de ellas tiene su propio rango de temperatura y humedad, y estos cambios afectan a tu piel.
Cuando el verano se convierte en otoño, seguramente habrás notado que el aire se enfría y se vuelve más seco. Cuando se convierte en invierno, esto se intensifica, y tenemos un aire aún más frío y vientos frescos y helados.
Durante todo este tiempo, la piel hace todo lo posible por mantenerse hidratada, pero cuando hay menos humedad en el aire y las condiciones son más duras, se convierte en un reto cada vez mayor. Sobre todo cuando nos escapamos al interior para evitar el clima y subimos la calefacción central para calentarnos.
¿Y esas duchas calientes que tomamos para en invierno para quitarnos el frío? Esas no ayudan.
El clima, combinado con los métodos que utilizamos para combatir el frío, provocan sequedad e irritación en nuestra piel. La piel tiende a escamarse en la cara y en el cuerpo, puedes notar que eres más propenso a la inflamación y a las rojeces. Las zonas que se exponen con frecuencia, como las manos y los labios se irritan y empiezan a agrietarse. Especialmente con todo el lavado de manos adicional que supone vivir una pandemia.
Lo que suele pasar es que, para cuando tu piel se adapta a los cambios de temperatura y humedad, las estaciones vuelven a cambiar. Ahora estamos en plena primavera, hace un poco más de calor, el viento es menos duro, y vuelve a haber algo de humedad en el aire.
Por eso, sabiendo que nuestra piel está adaptándose al nuevo clima y estando atentos a cómo afecta esto a nuestra piel, podemos combatir los efectos secundarios a tiempo y prevenir la irritación y el malestar general de la piel:
En vez de hablar de estaciones como primavera-verano -otoño-invierno, preferimos explicártelo cambios de temperaturas, ya que la primavera no es la misma en Sevilla o en Bilbao.
De tiempo cálido a frío:
Cuando la temperatura baja, y la humedad disminuye, tu piel pide a gritos hidratación. El frío puede provocar grietas en las capas externas de la piel, inflamación y falta de hidratación en general, lo que puede afectar seriamente a la salud tu piel.
Esto se debe a que la barrera de la piel se debilita y se seca, aún más cuando entras en un edificio sobre-calentado que circula aire caliente y seco. Es posible que te encuentres de repente con picores y una sensación de sequedad.
Esto puede provocar la acumulación de un exceso de piel seca, que obstruye los poros y provoca brotes o erupciones en la piel. Además, muchos de nosotros tendemos a comer más y no tan sano durante los meses más fríos, y esto también altera el equilibrio hormonal de nuestra piel.
¿Cómo puedo hacer frente a los efectos del frío?
Desgraciadamente, como la piel de cada persona es diferente, no hay una solución que funcione para todos. Sin embargo, lo que puedes hacer es proteger tu piel de las inclemencias del tiempo ajustando tu rutina de cuidado de la piel.
Por ejemplo, puedes cambiar a un
También es recomendable exfoliar, si sientes la necesidad de hacerlo, para eliminar las células muertas de la piel, pero hazlo con suavidad, ya que durante los meses más fríos el exfoliarte demasiado y no hidratarte lo suficiente puede empeorar la situación en vez de mejorarla.
Es buena época para probar una crema hidratante más fuerte que retenga la humedad de tu piel. También conviene que utilices un sérum que aporte la hidratación y protección que necesitas para evitar las zonas secas.
Si tienes la piel grasa, utiliza una crema hidratante ligera aunque sientas que te sobra. Es probable que produzcas un exceso de sebo (grasa) en esos momentos, y la oleosidad sólo empeorará si no corriges las anomalías de tu piel. Secreto, limpieza e hidratación, sin fallar ni un día.
De tiempo frío a cálido:
Cuando el tiempo vuelve a ser más cálido y se acerca la primavera, la humedad y la temperatura vuelven a aumentar. La piel empieza a ser más grasa y pesada, ya que la suciedad y las células muertas quedan atrapadas en la superficie.
Si sueles tener una piel normal, es posible que se vuelva más grasa en los meses más cálidos, lo que puede provocar brotes y acné.
Las temperaturas más cálidas favorecen la producción de sebo y el sudor, obstruye los poros. También estar muchas horas al sol afecta a la pigmentación y causa manchas solares.
¿Qué puedo hacer frente a los efectos del calor?
Cambia a una crema hidratante más ligera cuando se acerque la primavera, para evitar una acumulación innecesaria de producto. Recuerda que tu piel sigue necesitando hidratación, pero es mejor que la obtengas bebiendo mucha agua en las estaciones más cálidas.
Incorpora a tu rutina un limpiador que elimine la grasa para ayudar a controlar el exceso. Para una limpieza más profunda, busca
La vitamina C es una excelente aliado en tu rutina durante todo el año, pero puede ser aún más importante en el verano. Su aplicación regular puede prevenir la hiper-pigmentación y mejorar el aspecto de las líneas finas y las arrugas al ayudar a la producción de colágeno.
Elige aplicar un
No olvides la protección solar, de la cabeza a los pies. Incluso en los días más fríos y desagradables, los rayos del sol siguen llegando a nuestra piel y la protección es necesaria. Más aún en verano, cuando es más probable que estemos al aire libre y expuestos durante períodos más prolongados al sol.
Para la jornada laboral, donde no vas a estar tan expuesto al sol como en la playa, siempre puedes utilizar un
También es conveniente evitar los baños largos y calientes en verano, intenta limitar las duchas. Ducharse en exceso puede hacer que la piel se reseque, puede provocar inflamación y brotes de eczema.
Acuérdate de hidratar tu piel después de la ducha o el baño.
Para retirar el exceso de piel muerta en el cuerpo un
Y lo más importante de todo, escucha siempre lo que tu piel está intentando decirte, muchas veces, solo con observar y actuar en consecuencia nos ahorramos tiempo, dinero y disgustos.
