Piel dañada por el sol: Cómo prevenir y reparar
La energía del sol llega a la tierra en forma de rayos de luz visibles que vemos, y en forma de rayos infrarrojos y ultravioleta (UV) que no vemos.
Estos rayos UV pueden dividirse en tres categorías: UVA, UVB y UVC, que varían en función de su longitud.
Los UVA y los UVB son los únicos rayos que pueden llegar a nuestra piel, los UVB pueden provocarnos daños mucho más profundos que los UVA, poniéndonos ante mayor riesgo de cáncer de piel. Y Aunque los rayos UVA sean menos dañinos que los UVB, los UVA provocan una serie de problemas en el cuidado de la piel, como la pérdida de elasticidad de la piel, más arrugas y un envejecimiento más rápido.
La melanina de nuestra piel normalmente combate la exposición a los rayos UV. Pero cuando la piel dañada por el sol se quema, la melanina no puede combatirla del todo y la piel se quema como reacción a una lesión causada por el sol.
Cada vez que salimos al exterior o nos da el sol a través de las ventanillas del coche o de casa, si nuestra piel no está cubierta por la ropa o la protección solar, esta se ve dañada por los rayos UV.
Con el tiempo, esas cicatrices a causa de quemarse la piel se acumulan, hasta el punto que empiezan a salir manchas de la edad, manchas solares, arrugas y otros signos de daño por foto-envejecimiento.
Tipos de piel dañada por el sol
La exposición excesiva al sol puede tener como consecuencia estos signos y síntomas:
- Arrugas
- Textura de la piel más áspera
- Piel más flácida
- “Manchas de sol", o cambios de pigmentación como manchas de la edad o pecas
- Arañas vasculares
- Enrojecimiento
- Manchas
- Melasma
Cómo prevenir la piel dañada por el sol
Dado que la mayor parte de la piel dañada por el sol es irreversible, la mejor defensa es un buen ataque:
Evita los soláriums, busca la sombra cuando sea posible, aplícate protectores solares resistentes al agua con SPF 30 o superior al menos cada dos horas cuando estés al aire libre y lleva ropa con protección solar cuando creas que vas a pasar mucho tiempo al sol, como al hacer montañismo o surf.
“Utiliza siempre protección solar” parece un consejo fácil, pero en realidad es difícil hacerlo correctamente.
Para utilizar la protección solar de forma segura:
- Asegúrate de que el protector solar que utilizas sea de amplio espectro, lo que significa que filtra tanto los rayos UVA como los UVB.
- Cubre todas las zonas que vayan a estar expuestas sí o sí, como la nariz, la nuca y las orejas.
- Date la crema 30 minutos antes de salir al exterior.
- Cada vez que vuelvas a darte la crema, utiliza la cantidad suficiente para llenar un vaso de chupito de tamaño estándar para cubrir la piel desprotegida de la cabeza a los pies.
- Investiga un poco sobre la diferencia entre los SPF. Los que tienen números más altos ofrecen un poco más de protección que los más bajos; y esto depende absolutamente de la tolerancia que tiene tu piel, no es lo mismo una piel blanca y fina que una piel morena.
Cómo reparar la piel del sol
Una vez que la piel está dañada por el sol poco se puede hacer, aunque existen algunos tratamientos:
- Puedes eliminar las manchas del sol y rellenar las arrugas con productos y procedimientos como relleno, láser, exfoliación química, microdermoabrasión o ultrasonidos. Sin embargo, estas opciones de tratamiento para eliminar las manchas solares de la cara pueden ser bastante invasivas y caras, por lo que muchos dermatólogos recomiendan opciones caseras como la
exfoliación lascremas para las arrugas nocturnas y otrosserums como primer paso.
- Desde la eliminación de las manchas de la piel hasta el botox o los liftings, la
Box Antiarrugas , formulada por dermatólogos, es un excelente plan de ataque con múltiples beneficios para tu piel.
Aunque repares visiblemente los efectos del sol en tu piel, esto no significa que no tengas que preocuparte más por ella, las auto-comprobaciones frecuentes y minuciosas de la piel son imprescindibles, al igual que los exámenes anuales en el médico. Estos son vitales para la posible detección del cáncer.
Protege la piel del sol
Cuando se trata de la piel y de los daños causados por el sol, hay que tener mucho cuidado: una vez que aparecen (y créenos cuando decimos que ocurrirán), no desaparecen.
Por suerte, prevenir el daño solar es bastante sencillo con un poco de cuidado y tacto.
Cosas como usar sistemáticamente un protector solar de amplio espectro, utilizar ropa adecuada a cada situación y mantener la piel sana y limpia.
Las buenas costumbres en el cuidado de la piel marcan la diferencia.